Las Naciones Unidas celebraron este miércoles un evento de alto nivel para conmemorar las tres décadas que han transcurrido desde la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño. El Secretario General destacó la rapidez con que la inmensa mayoría de países ratificaron el acuerdo, pero señaló que, pese a los logros, queda mucho trabajo pendiente.
Hace 30 años, los dirigentes mundiales asumieron un compromiso histórico con la infancia del mundo al aprobar la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.
Durante un evento en conmemoración de la efeméride, celebrado este miércoles en la sede de la ONU en Nueva York, el Secretario General de la ONU recordó que este histórico acontecimiento logró que los Gobiernos reconocieran explícitamente que los niños tienen los mismos derechos humanos que los adultos.
Pero, como indicó António Guterres, ese no es su único hito, sino que también es “el tratado de derechos humanos más ampliamente ratificado de la historia”-con 196 países – y expresó su deseo de que llegue el día “en que todos los Estados miembros de la ONU le den su pleno apoyo”. Únicamente Estados Unidos no han ratificado la Convención.
“Los derechos se han convertido en una realidad para millones de niños y niñas. En muchos lugares, los Gobiernos y la sociedad civil colaboran para prestar apoyo a los niños en zonas de guerra, poner fin al matrimonio precoz y dar voz a los niños y los jóvenes en las decisiones que les afectan”, explicó.
Sin embargo, Guterres destacó que queda mucho trabajo por hacer cuando millones de menores en todo el mundo sufren hambre o algún peligro, están enfermos, son víctimas de trata, de violencia sexual y matrimonio infantil.
Carta abierta
La directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, presente también en el evento, llamó a tomar medidas de apoyo a la infancia y expresó su deseo de que “dentro de 30 años, recordemos este instante como un momento en el que el mundo se comprometió y puso en marcha programas concretos para cumplir nuestras promesas a los niños, niñas y jóvenes”.
Con motivo de la fecha, Fore escribió una carta abierta a todos los niños del mundo donde detalla los progresos alcanzados durante estas tres décadas y expresa sus anhelos e inquietudes para las generaciones futuras.
“Cuando los dirigentes de numerosos países se congregaron en 1989, en un momento de rara unidad mundial, para contraer un compromiso histórico con los niños del mundo destinado a proteger y hacer realidad sus derechos, surgió un verdadero sentimiento de esperanza para la próxima generación”, escribe Fore en su misiva.
Ese sentimiento se materializó en logros tales como reducir el número de menores que no asisten a la escuela primaria en casi un 40%, disminuir en más de 100 millones la cantidad de niños menores de cinco años con retraso en el crecimiento y eliminar el 99% de los casos de poliomielitis que paralizaba o mataba a casi 1000 chicos a diario.
En la carta, Fore expone ocho preocupaciones básicas que tiene con relación a la próxima generación:
- La necesidad de que cuenten con agua y aire limpios y un clima seguro
- El hecho de que uno de cada cuatro niños viva y reciba educación en zonas de conflicto y de desastre
- Que hablar de la salud mental sea una cuestión aceptable
- El hecho de que más de 30 millones de jóvenes tengan que emigrar de donde nacieron
- Que miles de niños no existirán oficialmente, a menos que se actúe sobre este tema
- La necesidad de adquirir los conocimientos necsarios del siglo XXI ligados a la economía del mismo
- La necesidad de proteger la huella digital propia
- Podrían formar parte de la generación de ciudadanos en la que menos se confía.
Hay que cumplir con la Convención
Durante el evento también participó la joven ecuatoriana Amaya Piamasakisa quien se dirigió brevemente a los asistentes al evento en lengua quichua y reconoció estar entusiasmada por tener la oportunidad de hablar ante los líderes presentes.
La muchacha dijo: “en nombre de los niños, quisiera recordarles que es esencial cumplir con los derechos fundamentales reconocidos en la Convención sobre los Derechos del Niño” y,al firmarla “tienes que honrarla y, aunque no lo hagas, tienes que tratar a los niños como quieres que te traten a ti”.
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